Es que hay tantos parches en el listón de nuestro recorrido juntos, en los momentos donde nuestras almas se juntan, que sólo quiero asegurarme de que ésto es infinito, para no cortar más el hilván de dos vidas.
Mira cuanto daño nos hemos causado, y cuán feliz nos hacemos, ayer, hoy y siempre. Déjame acariciar los renglones de nuestra historia con nostalgia para darme cuenta que sigues aquÃ, a mi lado.
No estrujes ya mi corazón entre tus manos... Te confÃo mi cariño y con ellos parte de mis pensamientos, mi autoestima y mi alegrÃa por saber que comparto mi vida de un modo que vale la pena. Me arrullaré entre tus brazos cuando sienta cansancio y quiera dormir, para saber que puedo sentirme protegida de las pesadillas que rondan mi mente, y te cobijaré cuando sientas frÃo y miedo de ti mismo, para hacerte ver lo cálido y humano que eres, lo especial que es tu mirada cuando choca con la mÃa.
Hagámonos cargo de cuidar este libro que escribimos, para encontrarnos cuando nos sintamos perdidos.
Cálidos...adictivos... Con un toque de atrevimiento, desenfrenan mis recuerdos, jugueteando en mi nuca. Los rastros de sabor a cigarro se opacaron por ese amargo café.
Sé que estando enganchada a ti, me hará perder más de mà de lo que ya he perdido en el camino a tu lado por tantos años, pero a este punto, realmente es lo de menos.
Es tan curioso... Me has cambiado tanto que hay puntos en los que no me reconozco. Estoy siempre impaciente por leer el siguiente capÃtulo de tu historia, y no comprendo cómo... Pero me volvà adicta a tu aura, a tu persona, a tus manÃas y a tu voz.
Quisiera poder decir que el recorrido es estable... Pero es que tambaleamos tanto, que por momentos parece que perdemos nuestro rumbo.
Quiero dejar de dañarme. Últimamente me siento tan cansada... Odio la sensación de mi corazón estrujándose de dolor. Odio llegar en la noche a mi cuarto después de un cansado dÃa y sentarme en mi cama a llorar quedando sólo rastros de ojeras desgastadas. Mis ojos están cansados, mi cuerpo está cansado, mi corazón está cansado, mi mente esta más dañada.
Estoy desesperada de fingir y mentirme, de mentirle a los demás... Siento que caigo y caigo, pero mi desesperación es muda. No tengo ganas ya. Un cigarro y un café me calman momentáneamente. Ya ni siquiera sé cuando fue que comencé a dejar de comer.
Creo que me estoy perdiendo a mà misma. No hay nadie aquÃ...
Quizá trato de comprender tu forma de ser con cada letra. Ciertamente, estrujo en cada texto el significado de tus expresiones, quizá ser una abocada enfermiza me terminará dañando aún más un dÃa de estos, pero, ciertamente por ahora... Estas efÃmeras conversaciones envueltas en todo este complejo de situación actual, me ayuda a tener aunque sea un poco de calma tóxica. Si el final será positivo o no... Supongo que es tan inútil de tratar de deducir como impredecible es tu personalidad.